Integrar los desafíos locales y globales a sus discursos y acciones es prioritario para que
los museos puedan mantenerse socialmente relevantes
“Las protestas ecologistas, como tirar sopa de tomate, sin dañar, sobre obras de arte
famosas en museos prestigiosos, posiblemente nos están diciendo más sobre los
propios museos que sobre el medio ambiente”. Lo anterior lo expresó el doctor Eduardo
Santana Castellón, director del Museo de Ciencias Ambientales de la Universidad de
Guadalajara (UdeG), como orador invitado al Festival del Nuevo Bauhaus Europeo, que
se llevó a cabo la semana pasada en Bruselas, Bélgica.
El evento fue inaugurado por la presidenta de la Unión Europea (UE), Úrsula Von der
Leyen, quien ha explicado: “La Nueva Bauhaus Europea permite un cambio tangible:
alcanzar nuestros objetivos climáticos y mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades,
pueblos y regiones. El festival es una magnífica oportunidad para profundizar los
debates y reunirse con quienes construyen un futuro sostenible, inclusivo y hermoso”.
Mencionó que la Nueva Bauhaus forma parte del Pacto Verde Europeo como “estrategia
de crecimiento y esfuerzo calculado” para posicionar a la UE como “líder en la transición
mundial hacia una economía más limpia”. Por su parte, el Primer ministro de Bélgica,
Alexander de Croo, cuyo país preside el Consejo de la UE, recalcó que se deben
enfrentar los desafíos europeos “de forma sostenible, pero también de una manera bella,
cómoda y atractiva. Si hay algo en lo que hemos tenido éxito (en la UE) es que se han
mantenido muchas… culturas diferentes y diversidad”.
Santana Castellón participó, junto con distinguidos artistas y funcionarios del ámbito
cultural, incluyendo el curador del Museo Guggenheim de Bilbao, la directiva de la
UNESCO-París, la directora de la Fundación Nubuke de Ghana, la curadora de arte y
fotografía de Senegal, el presidente del Jurado de la Bienal de Venecia, la directora
Artística de la Fundación de Arte Samdani en Dhaka, Bangladesh y el director del Museo
de África en Bélgica, en el “Foro Archipiélago de futuros posibles” y en el “Debate
Internacional sobre el papel de los museos como una institución viviente y evolutiva que
aprende de los movimientos descolonizadores y de emancipación, y contribuyen al
desarrollo sustentable y prácticas regenerativas”.
Durante sus intervenciones recalcó que “los museos no sólo son una de las instituciones
más antiguas, sino también una de las de mayor confianza social en el mundo. Tienen
autoridad académica e institucional basada en su experiencia y prestigio históricos. Sin
embargo, las protestas ambientalistas sugieren que necesitamos desarrollar nuevos
tipos de autoridades: la autoridad moral y la autoridad de relevancia”.
Agregó que: “Los museos públicos dependen en gran medida de los impuestos públicos,
por lo que somos responsables, primero ante los ciudadanos que nos financian (no sólo
ante nuestros visitantes) sobre el valor social que generamos. Ese valor social va más
allá de nuestros logros en las estrechas disciplinas específicas de nuestros museos”.
Además, apuntó que “algunos museos están comenzando a transformar sus narrativas
coloniales, racistas y elitistas, reinterpretando objetos, eventos y contextos, así como
escuchando respetuosamente las voces de los subalternos que han sido históricamente
oprimidos, invisibilizados y excluidos”.
Concluyó que “necesitamos integrar los desafíos locales y civilizacionales en nuestras
narrativas museísticas. Todo lo global inicia y termina en lo local. Esto requiere revisar
nuestra misión y visión. Intentemos encontrar las métricas de desempeño que nos
permitan ser pertinentes, relevantes y eficaces en la promoción del cambio social hacia
un futuro más justo, empático y socio-ecológicamente sostenible”, finalizó.