Con actividades este jueves 4 y viernes 5 de julio se abordará el vínculo educativo entre
la escuela y la familia para favorecer el desarrollo de las y los alumnos
El desarrollo de la figura de orientación educativa debe servir como una suerte de
puente para que todos los involucrados en el proceso formativo de los adolescentes
—escuela y familia— en su tránsito durante el bachillerato estén involucrados; esto lo
puntualizó la doctora Alejandra Infante Blanco, psicóloga y candidata a investigadora por
el Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras (SNII) quien ofreció la
conferencia inaugural “Implicación familiar en el bachillerato. Una estrategia para
favorecer la permanencia”, con la que arrancaron las Jornadas de Formación y
Actualización de Orientadores Educativos y Tutores de Prepas UDG.
Durante su intervención, Infante Blanco destacó que el nivel de estudios de la media
superior es uno de los menos intervenidos por la investigación educativa, a pesar de las
necesidades que se presentan en esta etapa, puesto que es cuando las y los jóvenes
desarrollan la consciencia tanto de la independencia como la propia dependencia hacia
sus familias; de igual forma se viven otros procesos que van desde el involucramiento de
los propios padres hasta la permisión de la autonomía por lo que naturalmente se
experimenta en el proceso.
Acerca de la permanencia educativa, expuso que el bachillerato es el momento donde
los jóvenes que desertan abandonan los estudios, a pesar de ser un nivel que ha subido
a la categoría de obligatoriedad, por lo que llamó a las y los orientadores educativos y
tutores a que en la medida de lo posible apliquen estrategias de involucramiento familiar
con el proceso educativo de los jóvenes con la intención de evitar nutrir dicha
estadística.
“El vínculo que se tiene con las familias a lo largo del bachillerato no será el mismo
durante todo el periodo. Esto puede ser por dos razones, la primera se ha superado la
etapa de adaptación; por otro lado, los padres se van sintiendo incapacitados para estar
cercanos. ¿Qué hacer cuando el hijo o la hija tiene una duda sobre Química y el padre
no sabe atenderla? Es ahí donde entra este asunto. No hay que quedarnos con la idea
de que las familias no apoyan”.
Agregó que: “La formación de bachillerato debe ser compartida. Impulsemos a que
nuestros planteles no tracen esa relación solo a través de temas muy institucionales.
Vayamos más a los asuntos relacionales o de vínculo. Podemos acercar a la familia
desde el deporte, la convivencia, que no sea sólo el tema de la calificación. Es necesario
reforzar otros pilares para hablar de relaciones más sanas”.
Subrayó que lo que sí hacen las familias y es de reconocer, es: el otorgar el sustento
material, el brindar apoyo académico, ofrecer acompañamiento emocional, buscar
construcción de espacios de diálogo e incluso aplicar un seguimiento conductual. Esto,
dijo, se hace a partir incluso de la inconsciencia y de manera cotidiana.
“El valor de la educación en las familias sigue bajo ciertas premisas, como: «La escuela
te abre caminos» o «te lleva a ser alguien en la vida». Para las familias la escuela sigue
siendo la posibilidad de una movilidad social. Pese a todas las desigualdades, esto sigue
permeando. Hay que ser conscientes de que el crecimiento en la cobertura de
bachillerato se debe también a que las familias siguen ahí”.
Entre los estilos de participación familiar en el bachillerato que Alejandra Infante destacó
se encuentran: Las que no asisten a la escuela, las que asisten cuando les convoca una
urgencia, las que asisten de manera regular, las que asisten siempre y están pendientes
de la formación del bachiller.
En ese sentido concluyó que lo que se busca visibilizar es la existencia de diversas
realidades. “Hay un poquito de todo. No podemos pedir que el involucramiento o la
participación sea homogénea entre las familias. Estamos llamados a reconocer la
diversidad y proponer las prácticas de involucramiento a partir de la misma diversidad.
Esto nos lleva a reflexionar que la participación de las familias no puede ser igual para
todas”.
Sentenció que esto se puede lograr con la figura sólida del tutor/orientador que estén
comprometidos y propongan alternativas para llevar la relación familia-escuela a partir
de ideas novedosas para revitalizar la relación y hacerlo con creatividad y siendo
conscientes de la realidad propia que viven las y los orientadores educativos y tutores,
quienes están rebasados por la población estudiantil a la que atienden.
La conferencia “Implicación familiar en el bachillerato. Una estrategia para favorecer la
permanencia” impartida por la doctora Alejandra Infante está basada en la investigación
del mismo nombre (que se puede consultar a profundidad en el siguiente enlace:
https://acortar.link/vSMi7O), misma que comparte autoría con la doctora Laura Elena
Padilla González.
Las Jornadas de Formación y Actualización de Orientadores Educativos y Tutores del
Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG)
arrancaron este día en instalaciones de la Preparatoria 17, su culminación será el
viernes 5 de julio. Durante el evento habrá charlas y talleres diversos, como: “la
inteligencia emocional como factor de protección y prevención de conductas adictivas”,
impartida mañana por la maestra Elizabeth Santos Lozano González; o la de
“Estrategias de comunicación con padres de familia desde la orientación educativa y la
tutoría”, a cargo del maestro José Manuel Rodríguez Ochoa.