Concluyó el festival cultural “Mil lenguas, un mismo corazón”, que inició el pasado 10 de
febrero
Cristina Apolonia Martínez Hernández, mujer mazahua; Esperanza Pérez Ruiz, mujer
purépecha y Ángeles González Carrillo, mujer wixárika, todas asentadas desde hace
más de 30 años en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), tienen en común que
son artesanas y que han asumido el papel de resguardar los conocimientos ancestrales
que les son transmitidos de generación en generación; actualmente, promueven la
diversidad lingüística que distingue a los pueblos a los que pertenecen.
De acuerdo con Ángeles González Carrillo, el promover las lenguas entre niñas, niños y
adolescentes tiene relevancia para derribar barreras socioculturales en los entornos
urbanos, donde prevalecen 54 lenguas indígenas de las 55 que se hablan en Jalisco.
La Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI) de la Universidad de
Guadalajara (UdeG) acompaña el proceso de las acciones afirmativas para fortalecer los
derechos humanos de las mujeres indígenas en la construcción del ejercicio de los
derechos lingüísticos, abriendo espacios de vinculación con la escuela primaria
Francisco Noroña Calderón, ubicada en Guadalajara, para llevar a cabo actividades
lúdicas y recreativas en los infantes, con el objetivo de promover y difundir la diversidad
de lenguas originarias que convergen en el entorno urbano.
El festival cultural “Mil lenguas, un mismo corazón” inició con una función de cuentos de
tradición indígena, a cargo de la compañía de títeres La Cucaracha, en la que hizo un
llamado a realizar una colecta en beneficio de las familias de los pueblos originarios que
viven con mayor grado de pobreza, especialmente la familia de Jessica, niña otomí de
siete años de edad y quien necesita un trasplante de corazón, y está a la espera de una
cirugía a corazón abierto que le permita ampliar sus posibilidades de vida mientras llega
la donación de un corazón para el trasplante.
En el festival también se hizo promoción y difusión de las lenguas indígenas por medio
del juego de lotería tradicional en lenguas wixáritari, mazahua y purépecha, en el que
participaron 220 niñas, niños y preadolescentes-adolescentes, alumnos desde primer
hasta sexto grados de la escuela Francisco Noroña Calderón, turno matutito.
En el cierre del festival, el 7 de marzo, con la participación de una comitiva
representativa de alumnos de la escuela, maestros, madres y padres de familia, se
resaltó la riqueza de la diversidad de lenguas y la importancia de preservarlas, de
acercarlas a los infantes.
La directora de la escuela, maestra Yolanda Pérez de Anda, agradeció el apoyo
brindado por la UdeG, la compañía de títeres La Cucaracha, las promotoras de lenguas
indígenas, así como las familias de la escuela que donaron juguetes, alimentos, zapatos,
artículos de higiene, ropa, entre otros artículos. Asimismo, a las maestras y maestros
que se sumaron con sus horas de clase al festival.
“Estas acciones promueven los valores universales de la solidaridad y de la diversidad
lingüística, lo que contribuye al fomento cultural y educativo de la infancia y de la
sociedad”, dijo Pérez de Anda.
Gabriela Juárez Piña, responsable de las acciones comunitarias del Programa de salud
intercultural de la UACI, manifestó que las mujeres hablantes de lenguas indígenas que
migran a las grandes zonas urbanas enfrentan barreras lingüísticas y son tres veces
más vulnerables a vivir en condiciones de extrema pobreza, frente a las mujeres no
hablantes de lenguas indígenas.
Por ello, dijo que estas acciones son de gran relevancia al promover las lenguas
originarias, en principio por que en Jalisco se hablan 55 lenguas de las 68 que persisten
en México: “La diversidad lingüística es una riqueza que nos permite adentrarnos en el
pasado histórico y cultural”, concluyó Juárez Piña.
Para saber:
Apenas el 6.13 U% de la población en México es indígena. En Jalisco esta población
representa menos de 1 %, que equivale a 66 mil 963 personas, de las cuales, 34 mil 729
son hombres y 32 mil 234 mujeres.