De acuerdo con el estudio “Jalisco ante el cambio climático. Una visión a futuro”, la
concentración de contaminantes supera normas locales e internacionales
El Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) registra un promedio anual de 150 días con
contaminación fuera de la norma, y se espera que en las próximas décadas este índice
se reporte todos los días si no se implementan políticas públicas robustas para proteger
la calidad del aire en la ciudad.
En esto coincidieron investigadores del Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de
la Universidad de Guadalajara (UdeG) durante la presentación del apartado “Aire y
cambio climático” del estudio Jalisco ante el cambio climático. Una visión a futuro, en el
que participaron en conjunto con el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo
(CEED) de esta Casa de Estudio.
En este tercer apartado se analizaron los índices de contaminantes en el AMG con base
en información recopilada de ocho estaciones meteorológicas; de acuerdo con el
documento, las concentraciones máximas de contaminantes en el aire se mantienen
fuera de las normas NOM, EPA y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Podemos definir que, en promedio, se rebasa la normatividad ambiental en 150 días al
año”, aseveró el doctor Mario Enrique García Guadalupe, investigador del IAM.
La contaminación del aire no sólo repercute en la salud de la gente, sino que también
impacta en la atmósfera generando gases de efecto invernadero, lluvia ácida y otras
consecuencias, detalló.
Explicó que los principales contaminantes que se registran son monóxido de carbono,
óxido de nitrógeno, dióxido de azufre, ozono y partículas menores a diez micrómetros.
Las principales actividades humanas relacionadas con el aumento de estos
contaminantes son: el volumen de tráfico vehicular en la ciudad, los complejos
industriales, el consumo de combustibles, la deforestación y quemas agrícolas, y el
aumento en ladrilleras e incendios forestales; además, factores físicos como los vientos,
inversiones térmicas, la ubicación geográfica, el relieve o la morfología urbana también
pueden facilitar la contaminación.
El investigador mencionó que se ha determinado que entre septiembre y febrero las
inversiones térmicas influyen en la concentración de partículas. Mientras que de marzo a
junio el aumento en las temperaturas favorece la producción y acumulación de ozono.
El director del CEED, maestro César Omar Avilés González, informó que también
existen otros estudios de esta instancia que proyectan que para 2050 es sumamente
probable que el AMG esté todos los días del año fuera de la norma en materia de
contaminantes.
“En 2024 podríamos estimar que podría ser antes ese límite, para encontrarnos con ese
escenario bastante indeseable”, sostuvo.
Agregó que algunas propuestas locales son la sincronización de semáforos en la ciudad,
la participación de agentes viales para agilizar el flujo de vehículos, la promoción de la
adquisición de tecnologías verdes, la actualización en las planeaciones de las ciudades
y aplicar con rigor los reglamentos de ordenamiento.
“Buscamos fomentar la reflexión entre los tomadores de decisiones y la sociedad en
general para colaborar en la elaboración de políticas y acciones que minimicen las
consecuencias de la contaminación del aire y del cambio climático local”, declaró el
director del IAM, doctor Héctor Hugo Ulloa Godínez.
Un escenario desalentador
El doctor Hermes Ulises Ramírez Sánchez, investigador del IAM e integrante de este
estudio, señaló que también se elaboró un decálogo con los posibles escenarios y
propuestas para mitigar el cambio climático en Jalisco.
Informó que se espera que en las próximas décadas se registre un aumento de 6 grados
en la temperatura, con registros de 42 grados en las costas, descenso de hasta 20 % de
las lluvias y sequías extremas.
También se espera que para 2080 disminuya significativamente la velocidad de
precipitación total, así como la humedad de suelo, que será de 40 % de Los Altos de
Jalisco y de cerca de 0 % en el resto de la entidad.
Además, las zonas urbanas vulnerables enfrentarán riesgos de desastres y se prevé que
entre 20 y 30 % de especies de animales y plantas estén en riesgo de migración o
extinción debido al aumento en la temperatura.
Ramírez Sánchez consideró que una medida para disminuir el impacto ambiental es la
transición energética hacia energías limpias y renovables, junto con la instrumentación
de políticas públicas que controlen el crecimiento acelerado de las ciudades.
Coincidieron en que iniciativas como el “Hoy no circula” no serían la solución a la
contaminación, sino que esta propuesta se podría incrementar en conjunto con otras
acciones orientadas a la disminución del parque vehicular y la disminución de
combustibles.
“Podría ser una estrategia más de la solución, pero no es la solución; necesitamos una
serie de estrategias, políticas públicas y acciones transversales para obtener mejoras en
la calidad del aire y, por lo tanto, disminuir los impactos del cambio climático”, sentenció.